Es una de las poblaciones de
la provincia de Cáceres
más interesantes para el turista.
Se encuentra al Este de la capital de la provincia,
sobre una colina granítica
que domina la llanura que la circunda.
Trujillo fue la ciudad de nacimiento
de Francisco Pizarro,
conquistador de Perú, cuya
escultura ecuestre,
mayor símbolo de esta localidad, se levanta en la Plaza Mayor.
También
nació aquí Francisco de Orellana, en 1.511.
En sus batallas perdió un ojo,
y así se representa en
su estatua.
Su importancia histórica ha hecho de Trujillo un centro turístico fundamental en
toda Extremadura.
La localidad es famosa por sus monumentos, entre los cuales destacan el Castillo (antiguo alcázar árabe), la Iglesia de Santa María (siglo XIII) y la Iglesia de San Francisco.
El Castillo
En
la parte más alta de la ciudad,
sobre el cerro “Cabezo de Zorro”
y dominando la
comarca,
se alza el magnifico Castillo de Trujillo.
Rodeado por murallas en un perímetro de 900 m
y al estar situado en
lo más elevado de un terreno escarpado
con muros lisos y altos, lo hace casi
inaccesible al ataque.
Sus
cimientos fueron levantados por los árabes
en el siglo IX, e inusualmente,
utilizaron sillares de piedra para su construcción
que fueron rescatados de
anteriores edificaciones romanas.
La
puerta principal con arco de herradura nos descubre
un desposeído Patio de
Armas
sobre una de las torres Albarranas que,
en el momento de su conquista,
se
modifico para instalar
la capilla de la Virgen de la Victoria.
En el lado Este
del patio de armas se encuentra un aljibe
con bóvedas de cañón sujetas por
arcos de herradura.
Desde
sus torreones se dispone de una de las más bonitas
vistas de la ciudad de
Trujillo y su entorno.
La
plaza Mayor
La
plaza Mayor corresponde arquitectónicamente
con la ampliación que sufrió la
ciudad después del medievo
para albergar el mercado central.
El
espacio estaba clasificado por gremios,
semejante en el tiempo y funcionalidad
con la experiencia de su vecina Cáceres.
Con
una traza irregular y en diferentes niveles,
salva el intenso desnivel desde la
muralla
hasta la parte baja de la ciudad.
En el centro encontramos la magnífica
estatua de Francisco Pizarro y la fuente,
y en un lado
preferente, se alza la Iglesia de San Martín.
Uno de los edificios más
importantes es
el Palacio de los Vargas-Carvajal,
identificado por su
característico balcón extremeño
y la magnifica portada,
y el
Palacio de Piedras Albas,
coronado por una crestería gótica.
Pero la joya es el
Palacio de Francisco Pizarro.
Tiene una rica decoración plateresca que asciende
enmarcando el balcón de la esquina
y el escudo que Carlos V concedió al
descubridor.